martes, 16 de enero de 2007

EL ORIGEN DE LOS MAPUCHES



El relato del diluvio:
El Origen de los Mapuches
Debe haber sido hace muchos años; ellos tenían más de cien años cuando fallecieron y yo tengo mucho más de setenta. Pero era lo que me conversaban mis abuelos. Hubo una gran agua, el mar se salía, se desbordaban los ríos y se llenaron todos los campos. Ellos se salvaron porque se subían a los cerros. Y hacían cantaritos que se ponían en la cabeza porque la lluvia era muy fuerte. Y aquí llovió más de tres meses sin parar. Y murieron los animales, los chanchos y las gallinas. Y las casas fueron llevadas por el agua. Entonces ellos arriba del cerro hicieron una oración y le pidieron al Señor que no lloviera más. Entonces hicieron un Nguillatún para poder calmar el agua, y seguramente nuestro Señor los escuchó porque se calmaron las aguas. Todos los mapuche se subieron a un cerro que queda al otro lado del Bío-Bío y de allí después se esparcieron por la tierra y la poblaron. Así comenzaba a contarnos la historia del pueblo mapuche un anciano y culto descendiente de los caciques de Malleco. El diluvio indica el comienzo de los tiempos. Al parecer, no hay noticias en su cultura acerca del origen del hombre y del mundo, de los primeros habitantes, de cuándo y cómo llegaron. El relato del diluvio es el mito original de un pueblo ya establecido en las regiones del sur, cuya vida como nación -poblar la Tierra- comienza a partir de esa catástrofe. La historia de los pueblos que habitan hasta hoy estas tierras de Chile, comienza con la lucha feroz de los elementos desatados. El mar, el agua y la montaña, elementos centrales de esta geografía, aprisionan al hombre como entre dos tenazas, el Mal y el Bien, disputándose estas estrechas tierras. Los sobrevivientes fundan el pueblo, los que han muerto se han transformado en rocas y objetos de la naturaleza. Hombre y naturaleza, religión, cultura y sociedad, vida y muerte, objetos vivos e inertes, surgen de este mismo memento fundador. Allá en el mar, en lo más profundo Vivía una gran culebra que se llamaba Cai Cai. Las aguas obedecían las órdenes del culebrón Y un día comenzaron a cubrir la tierra. Había otra culebra tan poderosa como la anterior Que vivía en la cumbre de los cerros. El Ten Ten aconsejó a los mapuche Que se subieran a un cerro Cuando comenzaran a subir las aguas. Muchos mapuche no lograron subir al cerro Y murieron transformándose en peces. El agua subía y subía, Y el cerro flotaba y también subía y subía; Los mapuche se ponían los cantaritos sobre las cabezas Para protegerse de la lluvia y el sol; Y decían: Cai, Cai, Cai; Y respondían: Ten, Ten, Ten; Hicieron sacrificios y se calmó el agua, Y los que se salvaron Bajaron del cerro y poblaron la tierra. Así nacieron los mapuche .

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